El sentido de la intuición del periodista debe hacer y notar la diferencia entre los hechos o acontecimientos que tiene la calidad y valor de noticiable y otros hechos que son insignificantes y nulos. El decir la verdad a medias, el quedarse en el medio entre la verdad y la mentira no es información peor aún moral. No se pueden llamar periodistas a los que confunden con pocas verdades a medias.
Existen casos de difícil solución y decisión, lo que hoy puede ser insignificante, mañana quizá tendrá importancia.
No se podría considerar como sensacionalismo el esfuerzo legítimo de procurar que los periódicos, y programas informativos sean vivos, diversos y actuales.
En definitiva al sensacionalismo, podríamos resumirlo expresando que es el realzar la vida privada de las personas, esto al hacer público la vida privada, sensacionalismo también es el decir la verdad a medias, utilizar el morbo, exagerar hechos insignificantes, dar veracidad a rumores o suposiciones, dar prioridad a los crímenes o al sexo, estas actitudes y hechos son éticamente condenables y violan las normas generales de la moralidad pública y los códigos de ética profesional. Se vuelve sensacionalista si se entra en lugares reservados sin permiso, si se graba o publica conversaciones privadas registradas en cinta magnetofónicas sin permiso, una escena íntima captada por un objeto o una foto de la misma índole.
Es importante que quienes estamos involucrados dentro de un medio de comunicación social, sea en calidad de periodistas, reporteros, cronistas, presentadores, etc nos debemos manejar dentro de los parámetros de la ética, imparcialidad y veracidad, al actuar y trabajar de esta forma garantizaremos a los lectores, televidentes y oyentes una noticia muy bien manejada que interese a la colectividad, de esta manera también estaríamos alejados de caer en los tentáculos del sensacionalismo, característica que lamentablemente se puede apreciar en varios medios de comunicación particularmente los que se emiten o circulan a nivel nacional como por ejemplo, el diario Extra.
El sensacionalismo es una imperfección del periodismo, en la actualidad varios programas televisivos se han dedicado a inmiscuirse en la vida privada de las personas y maquillados bajo el denominativo de "Noticieros de Farándula" causan daño inclusive en la dignidad y honor de las personas; otra de las actitudes criticables del sensacionalismo en la prensa escrita es el tipo de información que presentan y sobre todo el lenguaje vulgar y los calificativos con los que redactan sus "Noticias", muchas de ellas nacen del simple chisme del barrio o de un comentario, además utilizan imágenes crudas sin censura alguna, para colmo algunos medios radiales están cayendo en la vulgaridad del sensacionalismo al hacer noticias de las simples suposiciones que se escuchan.
El sensacionalismo hace daño, esto considerando que muchas veces no se mide consecuencias de una mala información misma que puede acarrear secuelas fatales e irreparables.
El verdadero periodista debe estar preparado para poder diferenciar lo que es una verdadera noticia de interés colectivo y aquella de interés particular y personal, debe diferenciar entre un hecho, motivo, o circunstancia que merece importancia como para dar a conocer y otros hechos insignificantes, pero estos últimos sin dejarlos de prestar atención ya que ha futuro pueden ser que de éstos nazca algo de importancia colectiva que pueda dejar marcada la historia política, social, cultural, económica, religiosa, deportiva de la sociedad que nos rodea.
No decir la verdad, esconderla, maquillarla, callarla, o decirla a medias es antiético y repudiable desde punto de vista, el verdadero trabajo de la noble y difícil misión de informar debe tomarse con la verdadera dimensión de la responsabilidad y pasión periodística, un periodista responsable es aquel que informa con imparcialidad, veracidad, y ética, si nos apartamos de estos lineamientos fácilmente caeremos en lo que se denomina "Sensacionalismo"